Carga sobre su hombro las cañas durante la amarga rutina de la cosecha.
Llegaron desde Asia hace siglos hasta América para la expansión
de las travesías del azúcar por los mercaderes.
de las travesías del azúcar por los mercaderes.
Alrededor del cañaveral los niños cantan:
-cortan /acopian / listos
para la molienda /
Cantinela de la ronda de niños,
con sabor a sonrisas y caramelos de miel.
Las aves revolotean bajo, el humo oxida sus alas.
Caen los pájaros.
Con sus retahílas juegan los niños.
Con sus retahílas juegan los niños.
El cañero sigue cosechando por tres monedas
hasta que tropieza con el muro donde habita la muerte.
hasta que tropieza con el muro donde habita la muerte.
Plantación de la caña de azúcar -cosecha manual- No a la explotación de niños- No a la contaminación-
Bellas palbras.
ResponderEliminarBuen Sabado.
Gracias Antonio E. por seguir el blog
EliminarUn afectuoso saludo.
El olor a caña que inunda tu prosa hoy, denuncia la miseria y me da tristeza. Aquel reiterado abuso de las fuerzas de los niños, que deriva del trabajo para adultos que los involucra de manera grotesca y por demás lacerante. Grave injusticia en espacios donde la tierra es rica y el trabajador pobre gracias a la explotación inclusive del recurso.
ResponderEliminarTriste muy triste Elsa. Te abrazo.
LETICIA: es un breve 'relato que tiene su base en la realidad del siglo XXI.
EliminarEn el norte de este país donde existe el monocultivo, usan a los niños en forma oculta, fuera de la ley que indica la prohibición del trabajo de menores salvo que estén con sus padres y asistan a la escuela ( en este país es obligatoria durante 12años.)
Aunque este ejercicio sobre' la trata de niños' es inherente a la condición humana desde tiempos remotos, pero es moral y legalmente inaceptable.(los niños son sujetos de derecho, según la Convención internacional,la UNESCO y la O.I.T.-)
Volviendo a la zafra en cualquier lugar del mundo produce una enfermedad que lleva a la muerte, cuando los procedimientos usados son tóxicos.
En eso estamos luchando...
Afectos:
Elsa.
Cuando yo era niña, molía la cebada en el molino, y allí, empecé a escribir, escuchando la rueda con la fuerza del agua y la molienda... Me has hecho recordar aquellos días mágicos, yo también era una niña y aprendí del polvo de la harina y del trabajo. No. No me sentí explotada, ayudaba a mi padre. Pero he visto a muchos niños después, maltratados injustamente, explotados... Un gran trabajo de denuncia.
ResponderEliminarSÍ JULIE, todos recordamos de la infancia el festín de los trabajos rurales,y sobre todo el trabajo del molino...
EliminarPero como bien sabes aquí me refiero a los niños vulnerables,desprotegidos y explotados por mercaderes, a espaldas de la moral y la ley.
SÍ, es un trabajo de denuncia, en este S.XXI.
Afectos.