Olga Orozco-
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Dos placas
en las arterias del cuerpo
planetario, fragmentadas
con estruendosa naturalidad
en sesenta obscenos segundos.
Tu boca en
el aire- tierra-
agua-fuego.
Tu cuerpo conmocionado.
Naturaleza alterada
fuera del orden material.
Tus oídos sordos
en medio de la conjunción:
tierra-cielo-mar.
Tu ojos enceguecidos
por relámpagos violetas
enviaron alertas en clave morse.
Nació
un delicioso niño azul
durante los sesenta segundos.
Tu boca en las cenizas
de este mundo.
Tu cuerpo y
el planeta
sinceraron conciencias.
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Texto de mi blog PO-ÉTICA-
Impresionante imagen, para no menos enigmático poema donde palpita el universo y el cuerpo tiembla.
ResponderEliminarTu palabra separando continentes, sajando las tinieblas, añadiendo conocimiento a la realidad sensible de lo inasible.
ResponderEliminarEmotivo y preciso, tu poema estremece el sílice.
Un abrazo afectuoso, querida amiga.
Perfecto Herrera
Estremece tu comentario,querido amigo!!
EliminarAfectos:
Elsa
Al final... volver al origen, del caos al orden y vuelta el ciclo "ad infinitum," no hay certeza pero la poesía, le dicta al hilo negro su lenguaje que sale de tu sensibilidad creadora, ahí esta Dios.
ResponderEliminarElsa, te abrazo.
AGRADEZCO TU SENSIBILIDAD LECTORA,QUERIDA LETICIA.
EliminarUn fuerte abrazo:
Elsa
SÍ,JULIE,el cuerpo tiembla con lo externo como en el terremoto pasado y nos desnuda como sociedad.
ResponderEliminarGracias y un abrazo para ti:
Elsa.